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Entre pinos y abetos de la Selva Negra

Vía Offenburg cruzamos desde Francia a la Selva Negra, esa parte de Alemania que se extiende 160 kilómetros a lo largo de toda la ribera del Rin, desde Suiza hasta Estrasburgo. Pequeñas poblaciones salpican este paisaje de frondosos bosques de pinos y abetos. Debido a la abundancia de esas masas forestales recibe su nombre.

De esta zona alemana datan los primeros relojes de cuco de la historia, de hecho hay una población, Triberg, que tiene el privilegio de tener el reloj de cuco más grande del mundo. También Suiza es conocida por estos aparatos, pero no llega a ostentar el título alemán.

Como nuestra sede se encuentra a 30 kms. de la frontera alemana, decidimos dedicar un día para realizar la ruta alemana que os detallo a continuación. Como sabéis el Rin es la frontera natural entre Francia y Alemania, por esta parte por lo que para cruzar de una a otra es necesario atravesar esta vía fluvial que es la más utilizada de toda Europa. Impresiona.Gengenbach

Bien temprano nos dirigimos a Gengenbach. Por el nombre lo más seguro es que no os suene, pero si os digo Charlie y la Fábrica de chocolate seguro que es más reconocible. Este pequeño pueblo de la Selva Negra fue el escenario de los exteriores de la película de Tim Burton. Tiene un agradable centro – Mitte – que se ve en muy poquito tiempo. Lo que más llama la atención es su impresionante Rathaus – ayuntamiento – cuyas 24 ventanas constituyen el calendario de Adviento más grande del mundo. Cada ventana se corresponde con un día de la cuenta atrás para Navidad, desde el 1 de hasta el 24 de diciembre. Cada día a las 18.00 horas se abre la correspondiente.Schiltach

La segunda parada es Schiltach, situado en el corazón de la Selva Negra. Pueblo sombrío y como consecuencia más frío que el anterior, pero con una riqueza arquitectónica que lo hace de visita obligada. Magníficas casas con entramado de madera montadas unas encima de otras como si de racimos de frutos de un árbol se trataran. Fácilmente te creerás en el escenario de una película de los Hermanos Grimm. Y si vais por allí, no podéis perdeos la Markplatz donde se yergue su original Rathaus del siglo XVI.

Antes de la gran ciudad decidimos hacer otro stop en el camino. Una serpenteante carretera en ascenso nos lleva hasta St. Peter. Esta pequeña villa encalomada en lo alto del puerto no tiene mucho que ofrecer, así que si no coge de paso en la ruta selvática no merece la pena desviarse.

El día termina en Friburgo.Gastronomía

Tarta Selva Negra a base de crema, chocolate y frutas del bosque. También característico el vino alemán y la miel, con varios sabores afrutados.

Nota: a grandes rasgos es más barata esta zona que Alsacia

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